viernes, agosto 25, 2006

Poder, querer y deber

El puedo, el quiero y el debo se entrelazan siempre de mil maneras distintas. Todo lo puedo (o casi todo). Sólo algunas cosas quiero, y son justamente las que no debo. Nunca se juntan las tres. O pocas veces. Pocas cosas son las que puedo, quiero y debo a la vez.

Y por supuesto que me refiero a Vos. A tu risa, a tus ojos, a tu boca, a tus manos. Por supuesto que me refiero a perderme en tus pupilas y en tus oídos, a esconderme en un rincón de tus ganas, en un cajón de tu memoria (alguno que abras seguido, de ser posible).

Pero no me refiero sólo a eso, no me refiero sólo a Vos. Hay otras cosas que quiero pero no puedo, o puedo pero no debo. ¡Ni hablar de lo que debo pero no quiero! Son muchas más que Vos. Tengo vida aparte de la que me llena cuando te tengo enfrente. Tengo más luz que la que irradio cuando me hablas, cuando me decís. Tengo más sangre que la que me recorre tan precipitadamente cuando me mirás.

Aunque a veces no parezca,
tengo mucho más corazón que el que Vos ocupas.

martes, agosto 22, 2006

Aire de jazmín

Hay algo que me invade, me inunda, me habita.
Una cierta calidez me recorre bien adentro, me llena.
Y tal vez es sólo aire,
tal vez todavía es vacío que está por llenarse.
Pero es una brisa cálida, es un viento de verano
que trae aromas de jazmín y azahar.
Es aire que trae mucho de esperanza,
aire que viene de río arriba,
aire que sabe las aguas que vendrán.
Hoy no sé cómo me invadió un aire de verano,
hoy no sé cómo me dejé habitar,
hoy no sé cómo ni por qué
me nació sonreír.

lunes, agosto 07, 2006

Palabras y lluvia

"Las palabras no sólo definen, hay canciones que guardan misterios."

Creo que las palabras, el lenguaje, nos sirve para comunicarnos, pero también construye paredes a la par que tiende puentes. Creo que hay palabras que todos entendemos, y hay otras que todos creemos entender. Hay palabras que interpretamos así, aun cuando el otro las haya querido decir asá. Creo que no siempre compartimos los mismos significados, no siempre implicamos lo mismo con lo que decimos. Pocos sabrán con certeza de qué hablamos cuando hablamos.

Y ni hablar de los gestos!! Tantas veces malinterpretamos un guiño, una sonrisa, una caricia o su ausencia. Pienso en todas las veces que me serví de gestos y señales para construir castillos de arena, y ni quiero pensar en los ladrillos que me tiraron y no supe ver. Pienso en los encuentros azarosos y en los desencuentros planeados. Pienso en las barreras que imaginamos, y en las indiferencias que nos inventamos.

Hoy llueve, y yo sigo buscando las palabras que no me terminan de salir. Sigo buscando el modo de decir esa sonrisa, de nombrar esa voz, de ponerle lenguaje a tanto que lucha dentro mío y hoy no puede salir. Espero encontrar las palabras. Pronto. Porque si no, mi cuerpo seguirá hablando por mí. Mis gestos, mis sonrisas, mi hilo de voz y mis manos. Mis valientes y traicioneras manos, que tantas veces han tomado la posta del lenguaje y han sabido hablar lo que yo no. Espero, sin embargo, que no las escuches. Ni a ellas ni a mí. Y es que ya no sé qué quiero, ni si te quiero. Ya no sé qué ganas son estas que me llenan cabeza y corazón, alma y voluntad. Ya sé poco. Tal vez hablé demasiado y me perdí en mis propias palabras. Sólo sé que hoy llueve y me invaden unas locas ganas de perderme en tus palabras, de malinterpretar tus gestos y de cometer una imprudencia. Definitivamente, la lluvia me afecta. Más de lo que pensaba. Me afectan la lluvia y tus palabras. La lluvia y tus gestos. Vos.