Se me acercan los 21, y no me asusta tanto el número, como pensar que el tiempo sigue pasando. Sé que parezco un poco obsesionada con el asunto, pero el tiempo es algo que me fascina. No lo vemos, no lo tocamos, no lo olemos, no lo oímos, pero está y pasa. Nos consta. Adivinamos su paso por ciertas señales en las cosas que nos rodean.
(¿Se podría decir que como pasa con Dios?)
Vemos que las agujas del reloj se mueven, vemos que los almanaques van adelgazando con el correr de los días, vemos que algún pelo blanco empieza a asomar en nuestra cabeza, vemos alguna que otra línea más marcada en nuestra cara...
Y también sentimos distinto...
Al menos yo siento distinto.
Ya no me enamoro cada año.
Ya no te busco como antes,
ya no te espero,
ya no espero.
Me cansé.
Sé que no vas a venir.
Sé que lo que pasó no va a volver a pasar,
es otra de las reglas del tiempo, no se repite.
Sé que si ya te fuiste, no vas a volver.
Sé que el pasado es pasado,
y que lo que venga en el futuro,
no me corresponde a mí elegirlo.
Al menos no lo que te toca elegir a vos.
No te tengo en mis manos,
no puedo obligarte a decidir.
No sé hacerlo.
Aunque supiera, no podría.
Aunque pudiera, no querría.
No quiero.
Ya elegiste.
Y qué será de mí con el correr del tiempo,
no sé, creo que no me toca a mí decidirlo...
o no quiero... :$