Como esos bazares de todo por dos pesos
que en la vidriera pregonan ofertas que nadie quiere
que regalan por monedas lo que ninguno necesita.
Como una toalla húmeda que nadie quiere usar
que ya ni seca ni limpia
y sólo ensucia lo que toca.
Como esos bares de mala muerte
en donde ya nadie nuevo entra a tomar
donde sólo van aquellos
que hace años buscan ahogarse
en los mismos vasos sin limpiar.
Sucia, vacía, desgastada y sin sentido.
Regalada, vulgar, sin dignidad.
Mendigando siquiera un trozo de verdad
un puñado de mentiras para soñar.
Como la suerte del que sólo tiene un poco de pan
como la tristeza del que amó y perdió
como la certeza de que no vendrás
como la verdad de que no me amarás.
Como la amargura de estar acá
sabiéndote ajeno, sabiéndote lejano
sabiéndote ignorado, sabiendo que no te sé.
Como la mentira de mis manos
con una ilusión que no sabe ser realidad.
Como saberte perdido
sin haberte tenido jamás.
(y sin embargo, Fito me dice:
"No creas que perdió sentido todo,
no dificultes la llegada del amor,
no hables de más, escucha el corazón
ese es el cable a tierra.")