El 21 de septiembre empieza la primavera,
es decir que tres cuartas partes de ese mes son del invierno,
y sin embargo septiembre es primavera.
Porque septiembre es un mes robado.
Robado al invierno, robado al frío, al viento,
robado al miedo, a la gris rutina, a la soledad.
Septiembre es un mes robado para ser vivido
para ser exprimido y disfrutado,
es un mes robado para amar, amarse y ser amado.
Septiembre es un mes que le robamos a la tristeza,
es un mes que le robo a tanta certeza en contra,
es un mes que le robo a tu desabrazo y tu indiferencia.
Si a Sabina le habían robado el mes de Abril,
sepan que yo me robo para mí el mes de Septiembre.
Septiembre es mío y tuyo, es de nuestras manos,
es de nuestros labios, de tus ojos, de mi cuerpo.
Septiembre es nuestro y punto.
Ya vendrán Octubre, Noviembre y Diciembre,
ya vendrán el verano y su seguidor.
Ya volverá el invierno con todas sus fuerzas.
Pero hoy, aunque sea por un mes,
le robé al frío un puñado de sueños e ilusiones.
Me robé un mes y lo pienso aprovechar,
aunque después me lo hagan devolver con intereses.