Morir para vivir,
dejar todo para encontrar más,
perder la vida, para encontrarla,
entregar, entregarse, darse...
Crecer duele,
vivir duele,
amar duele,
darse duele,
frenar también duele,
no hacer nada de todo esto,
es lo que más más duele,
quedarse inerte, frenado, estancado.
Duele no caminar,
duele ya no esperar,
duele ignorarse a uno mismo.
Estar vivos duele.
Estar muerto en vida,
eso no duele pero tampoco es vida.
Estoy cansada del dolor,
del miedo, de la incertidumbre,
cansada de buscar,
cansada de llevar las riendas de todo,
cansada de no delegar, de no entregar, de no darme.
Estoy cansada, y adivinen qué,
el cansancio duele...
(Perdón por un texto tan cargado, pero es lo que siento hoy, a fines de noviembre, viendo lo que me queda, viendo lo que pasó, y quería ponerlo por escrito, porque callar también duele)
jueves, noviembre 22, 2007
martes, noviembre 13, 2007
las otras pequeñas cosas
hay quien dice que ciertas pequeñas cosas
nos tienen a su merced,
nos sacuden como a hojas muertas
y nos hacen llorar a escondidas,
yo, en cambio, prefieroesas pequeñas grandes cosas,
que nos mecen como a hojas vivas
que el viento sacude,
pero no logra arrancar de la planta,
prefiero esos detalles,
ese repiqueteo de gestos y sorpresas,
de esas que te hacen sentir viva, antes que muerta,
de esas que te hacen reír y sonreír a los cuatro vientos,
antes que llorar cuando nadie te ve...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)