miércoles, agosto 09, 2017

Head over feet

I had no choice but to hear you
You stated your case time and again
I thought about it

You treat me like I'm a princess
I'm not used to liking that
You ask how my day was

You've already won me over in spite of me
And don't be alarmed if I fall head over feet
Don't be surprised if I love you for all that you are
I couldn't help it
It's all your fault

Your love is thick and it swallowed me whole
You're so much braver than I gave you credit for
That's not lip service

You've already won me over in spite of me
And don't be alarmed if I fall head over feet
Don't be surprised if I love you for all that you are
I couldn't help it
It's all your fault

You are the bearer of unconditional things
You held your breath and the door for me
Thanks for your patience

You're the best listener that I've ever met
You're my best friend
Best friend with benefits
What took me so long

I've never felt this healthy before
I've never wanted something rational
I am aware now
I am aware now

You've already won me over in spite of me
And don't be alarmed if I fall head over feet
Don't be surprised if I love you for all that you are
I couldn't help it
It's all your fault

martes, julio 18, 2017

Viva

Lo primero que sintió fue la oscuridad. Es raro, antes tampoco veía nada, estuvo años sin ver nada, pero ahora veía oscuridad, densa, impenetrable, pero la veía, la percibía, casi la palpaba. Luego de la oscuridad sintió el frío, se le clavaba en el pecho un puñal de aire helado. La dejaba sin aliento, pero al menos lo sentía. Sentía.

Después vino el dolor.

Y si todo ese tiempo creyó haber estado muerta, entendía que era ahora que estaba muriendo. Ese dolor que la desgarraba no podía ser otra cosa que la mismísima muerte arrancándola de donde sea que hubiera estado aletargada tantos siglos. Era como si sus propios huesos estuvieran recubiertos de espinas y púas, destrozando desde dentro músculos, nervios y piel. Era una agonía interminable.

Pero no estaba muriendo. Al poco tiempo el dolor fue cediendo, junto con la oscuridad, el frío y el silencio, y empezó a sentir voces, muy a lo lejos, casi inaudibles, pero sin duda eran voces humanas. Estaba intentando distinguir qué decían aquellas voces cuando se dio cuenta de que ya no tenía frío. Ese dolor que la torturaba hacía unos instantes ahora era una tibieza esparciéndose por cada célula de su cuerpo. Luego vio en el fondo de aquella habitación una claridad, muy pequeña al principio, pero que se fue definiendo a medida que sus ojos se acostumbraron a la luz. Había una puerta. De ahí venían las voces, la luz, incluso algo de música, y se dio cuenta de que no había muerto. Al contrario, después de muchos siglos de frío, dolor y ausencia, ahora estaba viva. Decidió que no se lo iba a perder y, todavía un poco entumecida y a los tumbos, caminó torpemente hacia la puerta y salió de su sepulcro.

(17 de julio de 2013)

lunes, abril 03, 2017

Abril

Nos dice Wikipedia que abril era el segundo mes del año en el antiguo calendario romano antes de que el rey Numa Pompilio añadiera a enero y febrero alrededor del 700 a. C. Los antiguos romanos lo llamaban aprilis, en latín. No se conoce exactamente el origen de la palabra «abril». Se ha querido relacionar con el verbo aperire (‘abrir’), por la supuesta forma aperilis, asociándolo a que en este mes la primavera abre la tierra, las flores, etc. Ovidio se une a esta idea; pero no hay fundamento etimológico que lo sustente.

Más de una vez escuché esta teoría de la etimología de abril. Ese aprilis que suena explosivo, como si más que una palabra fuera la onomatopeya de la primavera. Aprire. Abril en que se abren las flores y estalla esa vida latente que estuvo madurando durante el frío invierno. Primavera boreal, porque por estas latitudes abril es el mes del otoño. Otra explosión, no ya de flores y naturaleza que desborda, sino de colores más calmos. Se podría decir que se da el efecto inverso, la naturaleza implosiona, los árboles se vuelcan hacia dentro, retienen su savia y la envían a las raíces, para que se nutra y se proteja del frío que se avecina. Los dorados, rojos y amarillos invaden el paisaje, que por fuera podrá parecer triste, parecerá un paisaje de muerte, de árboles secos, de hojas que caen, pero hay una profunda verdad oculta en ese replegarse. Hay una vida más honda, que no se ve a simple vista. Hay una preparación, una rumia lenta y serena que permitirá después la explosión primaveral. Sin otoño, sin invierno, no es posible la primavera. Por eso abril me suena a vida nueva, quizás no muy vistosa, no tan evidente, pero profundamente necesaria. Ese replegarse se me hace tan necesario, tan fecundo, como la misma primavera. No tan vistoso, pero igual de hermoso, en su tranquila espera.