Quisiera

Quisiera pasar por tu puerta.
Quisiera que me vieras pasar.
Quisiera simular no verte.
Quisiera que me salieras a buscar.
Quisiera que habláramos
y no calláramos nunca más.
Quisiera verte de frente
con disimulo y sin él.
Quisiera cometer una imprudencia,
quisiera que te dejaras cometer.

Quisiera soñar una vez más contigo,
aunque sólo fuera una última vez,
pero que sea de esos sueños reales,
que al despertar ya ni sabes qué no y qué sí fue.
Quisiera que vos también soñaras conmigo,
quisiera encontrarte en nuestro sueño compartido.
Quisiera tenerte y que me tengas.

Quisiera, aunque no sé por qué,
nunca haré nada por tenerte,
nunca más por vos cantaré.
Hoy no pude olvidarte y espero no tener que hacerlo,
pero ya sé que con sólo un "quisiera"
no puedo tener todo lo que quiero.

Pido!!!!

No estoy triste, estoy cansada. ¿No vale en la vida hacer pido, como cuando jugábamos al poliladron y ya no dabas más de correr? Era genial, decías "pido" y todo el juego quedaba suspendido. Dejabas de ser el policía o el ladrón, y eras vos. Quedaban suspendidos los papeles, los personajes, las reglas del juego. Simplemente eras vos de nuevo.

Quiero eso, quiero frenar, parar con todo, cruzar los dedos y gritar "¡Pido!" y por un rato aunque sea, ser simplemente yo. No ser empleada, alumna, estudiante, coordinadora, hija, amiga, madrina o enamorada. Ser yo. Y punto. Aunque sea por un ratito, me gustaría salir del juego, dejar suspendidas las reglas y no hacer nada más que ser yo. Es que como en el poliladron, no doy más de correr...

¡Pido!

Cada día más que el anterior

Viernes, sol, calor, luz, esperanza, alegría, encuentros.

Hoy no sé hablar, no sé qué decir, no tengo las palabras,
pero sé que cada día estoy mejor
cada día me levanto un poco más del pozo al que me tiré
con una piedra atada a los pies
cada día respiro mejor, tomo más aire, me llena más.
Cada día más que el anterior,
espero verte venir, verte llegar.

Hoy sueño con conocerte,
mañana con tenerte,
ayer ni esperaba.

De ausencias, vacíos y no-existencias

¿Alguna vez sintieron un nudo en la garganta sin saber por qué? ¿Nunca sintieron ganas de llorar sin motivos aparentes? Tal vez no haya motivos aparentes para mi angustia, pero sé que hay mil millones de pequeñas gotitas saladas que se amontonan en mi garganta y detrás de mis ojos. Litros de mar que quieren salir, quieren ser llanto. No sé quá hace que se junten justo ahí, atrás de mis ojos. No sé qué los une, qué los convoca. Sé que hoy mis ojos se llenan.

Tal vez sea esta incertidumbre, este no saber en qué camino ni con qué zapatillas. Esta decisión que se deshace en el porvenir, este porvenir que nos inventamos, que soñamos. Este porvenir que pesa y me anuda el pecho. O tal vez sea tu indiferencia, tu falta de respuestas, tu total silencio. Una vez más la ausencia. No podemos olvidar lo que no existe, porque para poder olvidarlo, tendría que ser aunque sea un recuerdo, pero tendría que ser. Y vos no sos. Eso es lo que más me duele. No me duele el no tenerte, o el saberte ajeno a mí, me duele que no seas. Me duele el vacío de mi corazón, que no sabe qué forma tomar, no sabe a qué silueta amoldarse. El hueco en mi cama que no tiene forma, no tiene nombre.

El día que sepa de tu existencia, el día en que empieces a ser, el día que las letras formen tu nombre, el día que mi corazón cobije una forma, el día que el vacío sea tomado por una presencia... ese día espero despertar, hasta entonces, te busco en mis sueños.

¿Cuándo me dejé invadir por esta tristeza?
¿Cuándo dejé que el sinsentido se apoderara de mi futuro?
¿Por qué hoy las lágrimas me inundan,
y siento cómo la nada llena todos mis proyectos?

Ayer me ahogué en mi propia angustia,
ayer el pasado volvió y me castigó a más no poder,
ayer dejé de esperar.
Hoy no sé nada,
hoy no puedo pensar nada,
hoy no quiero sentir nada.
Mañana no deseo hacer nada,
mañana ya no existe.

No sé qué me pasa,
nada tiene sentido y siento que ya nunca lo tendrá.
Ni si estás vos, ni si seguís ausente,
da igual, de todos modos,
seguirá lloviendo y segurié llorando.

empiezo

¿Y si me vieras? ¿Y si supieras quién soy?
¿Y si nos conociéramos a fondo?
Decime que no seríamos felices,
decime que nunca funcionaría un vos y yo.
Decime que puedo dejar de soñar,
que los sueños nunca se hacen realidad,
que la realidad que soñamos nunca es igual,
a los sueños que me invento cada día al despertar.

Decime que no sos como yo,
o decime que sos igual.
Sé que sos igual, sé que somos iguales,
decime que por eso nunca andaríamos bien
nunca caminaríamos uno al lado del otro.
Decime que me amás, así descubro que nunca te amé.
Así descubro que me engañé,
que mentí a mi corazón más que a mi cabeza,
más que a mis ganas, más que a mis sueños.

Hoy empiezo a descubrir nuevos sueños,
empiezo a caminar por otros caminos,
por otros paisajes, con otros cielos.

Hoy empiezo.

Shhh...

Soy repetitiva, lo sé, pero quiero recordarme una vez más
que el pasado es pasado.
Que no vas a volver, que lo vivido quedó allá, en aquel tiempo.
Aquel tiempo en el que supimos inventarnos dos fantasías,
y pocas promesas.
Aquel tiempo en el que yo no era yo y vos no eras vos.
Yo era tuya, vos eras mío, pero sin saberlo...
Aquel tiempo en el que fuimos felices con nada.
Aquel tiempo de secretos, complicidad y miradas suspendidas en el aire.
Aquel tiempo en el que no existía nadie más que nosotros dos.
Aquel tiempo en el que todavía no éramos responsables,
no teníamos obligaciones, no rendíamos cuentas a nadie.
Aquel tiempo en el que nos divertíamos con poco
y me conformaba con menos.

Sé que aquel tiempo nunca existió,
sé que es un invento mío, sé que nunca fuimos vos y yo.
Pero no me lo digas, no me robes el pasado,
no me quites la alegría de creer
que alguna vez supe ser feliz a tu lado.

Hoy

Hoy la tristeza lleva tu nombre, lleva tu rostro, lleva tu sonrisa.
Hoy tu desamor hiela más que la ola polar que amenaza a la ciudad.
Hoy tu silencio, tu indiferencia cortan más que el cristal, más que mis huesos.
Hoy el sol sale sin tu mirada, sin tu calor, sin tu abrazo.
Hoy me hundo en el oceáno de infinitas palabras que no dijimos, que no diremos.
Hoy duele respirar, porque no respiro tu aire.
Duele pensar, porque sólo pienso en vos.
Duele cantar, porque no cantamos juntos.
Duele caminar, porque no estás a mi lado.
Duele vivir, porque vivis sin mí.
Hoy no es mi día, no es nuestro tiempo, no abrigo esperanzas.
Hoy sólo tengo tu desabrazo y tu silencio. Distancias. Vacíos.
Hoy tu ausencia llena mi vida.

Nada

Nada.
Silencio.
Momento tenso.
Discusiones mudas.
Reproche en la mirada.
Respuestas nunca dichas.
Errores, muchos y repetidos.
Los mismos de siempre, una vez más.
Mis caprichos, mi insistencia.
Gestos de fingida frialdad.
Reacciones exageradas.
Reconciliaciones mudas.
Perdón en silencio.
Más silencio.
Vacío.
Nada.

Chau

La vida pasa y no sabemos por dónde, pero lo cierto es que los minutos, las horas, los días, los meses y los años se nos escapan. Se van, pasan, se escurren a través de nuestras manos como si fueran millones de pequeños granitos de arena. Pasa el tiempo, giran las agujas de los relojes, perdemos oportunidades, desaprovechamos gestos y subestimamos compañías...

Rechazamos manos amigas,
cerramos las puertas a nuevos amores,
echamos a los amores conocidos,
levantamos paredes,
derribamos puentes
y nos vamos aislando cada día más.

Ya no busco como antes la alegría en cada mirada,
ya no espero encontrar sonrisas en tu ventana,
ya no paso por tu casa, ya no te busco adentro.
Ya no.
No puedo, no debo, no querría hacerlo.
No toleraría buscarte y no encontrarte,
sonreírte y no verme reflejada en tu sonrisa,
cantarte mi vida y no escucharte hacer las segundas voces.
No podría.
Tengo que guardar mi sonrisa en el bolsillo,
olvidarme de todo y mirar para otro lado.
Tengo que dejarte ir, tengo que borrar todo.
Chau.

Ventanas

Las ventanas muestran lo que hay afuera. Lo que hay fuera de una oficina, de una casa, de un auto. Comunican lo de adentro con lo de afuera. Pero las ventanas también ocultan. Muestran sólo recortes de la realidad, trozos de paisaje elegidos al azar. Parcializan. Encierran entre sus marcos lo poco que pueden abarcar.

Dicen que los ojos son las ventanas de alma. A través de ellos podemos ver lo que hay dentro de la persona. Así también la persona asimila el mundo que la rodea, a través de la mirada.

Los ojos muestran los sentimientos,
la alegría, el llanto, la sorpresa, el miedo.
Pero los ojos también parcializan.
Los ojos también ocultan.
Muestran pequeños trozos de la vida del alma.
Eligen al azar sentimientos, que se plasman en una mirada.

Hoy mis ojos denotan tristeza.
Pero no les creas, muestran sólo una pequeña parte de lo que hoy soy.

No les creas, aunque los veas llorar.

El tiempo pasa...

Se me acercan los 21, y no me asusta tanto el número, como pensar que el tiempo sigue pasando. Sé que parezco un poco obsesionada con el asunto, pero el tiempo es algo que me fascina. No lo vemos, no lo tocamos, no lo olemos, no lo oímos, pero está y pasa. Nos consta. Adivinamos su paso por ciertas señales en las cosas que nos rodean.
(¿Se podría decir que como pasa con Dios?)

Vemos que las agujas del reloj se mueven, vemos que los almanaques van adelgazando con el correr de los días, vemos que algún pelo blanco empieza a asomar en nuestra cabeza, vemos alguna que otra línea más marcada en nuestra cara...

Y también sentimos distinto...
Al menos yo siento distinto.
Ya no me enamoro cada año.
Ya no te busco como antes,
ya no te espero,
ya no espero.
Me cansé.
Sé que no vas a venir.
Sé que lo que pasó no va a volver a pasar,
es otra de las reglas del tiempo, no se repite.
Sé que si ya te fuiste, no vas a volver.
Sé que el pasado es pasado,
y que lo que venga en el futuro,
no me corresponde a mí elegirlo.
Al menos no lo que te toca elegir a vos.
No te tengo en mis manos,
no puedo obligarte a decidir.
No sé hacerlo.
Aunque supiera, no podría.
Aunque pudiera, no querría.
No quiero.
Ya elegiste.

Y qué será de mí con el correr del tiempo,
no sé, creo que no me toca a mí decidirlo...

o no quiero... :$